Entre abedules
Su follaje revolotea
mientras vagabundeo,
entre el bálsamo de ramas.
La sabana de horizonte,
se encarama
al mar de sotos,
que asoman
a mi campiña.
Este paseo que es infinito,
cuyas niñas
recorren la madera
con simpatía.
Las forma de su paraíso
que brilla ante la lluvia
con luz de cristal.
Y la pureza que circunda
la figura,
entre abedul y abedul.
Quiere guarecer
la gracia del
espíritu celeste.
Centro mi melena,
a la senda
de efemérides blancos,
que enciende la luz
en una estrella tímida.