- Porque donde él esté, es donde estará tu tesoro.
- Mi corazón se halla agitado - dijo el muchacho.
Tiene sueños, se emociona y está apasionado ...por una mujer del desierto. Me pide cosas y no me deja dormir muchas noches, cuando pienso en ella.
- Es bueno. Tu corazón está vivo. Sigue escuchando lo que él tiene para decir.
El muchacho entendió a su corazón a partir de aquel día. Pidió que nunca más lo dejase. Pidió que, cuando estuviese lejos de sus sueños, el corazón se apretase en el pecho y diese la señal de alarma.
El muchacho juró que siempre que escuchase esta señal, también la seguiría.
EL ALQUIMISTA* Paulo Coelho